Autobiografía Tecnológica_Blanca Martinez

Mi “yo tecnológico”

Hablar de la percepción de la Tecnología en mi vida me traslada a los primeros años o primeros recuerdos de mi infancia. Uno de los primeros aparatos tecnológicos que viene a mi memoria es la radio que tenía mi abuelo Perfecto Martinez, funcionaba con 8 pilas enormes y únicamente la oíamos antes de oscurecer; luego de la radio veíamos las noticias en la T.V en blanco y negro, que funcionaba a batería; estas dos actividades  eran anheladas durante el transcurso de la jornada: juegos, escuela, estudios, y luego el momento alucinante para los niños de la gran casona de madera rodeada de animales domésticos y abundante vegetación. El silencio de aquellas noches y la absoluta obscuridad interrumpida únicamente el “petromax” o por las luciérnagas de turno, eran  testigos de los pocos contactos que teníamos con el mundo de las TIC (hoy lo entiendo).  En la década de los ´90 cuando aún no contábamos con los servicios de energía eléctrica, ni de agua corriente, la vida en el campo y los pocos accesorios tecnológicos no predecían mi actual ritmo de vida.

Estaba inserta en el  mundo tecnológico sin pertenecerlo. Diferencia abismal con los nativos digitales actuales. Como se pregunta A.R. de las Heras ¿Se podrá sostener una sociedad conformada por la ciencia y la tecnología en la que  a la vez sus ciudadanos desconocen tanto de esa ciencia y d esa tecnología? Pues yo tuve que adaptarme al mundo tecnológico circundante, con clases aceleradas y a destiempo, ya que al poco tiempo nos mudamos a otra localidad, otra realidad, otro país.

En Posadas (Arg.), con mi heroica madre Olga Martinez Mendoza, y hasta la adolescencia, mientras forjaba mi identidad, también aprendía e interactuaba con las TIC.  Me ha significado bastante esfuerzo y dedicación, el doble de tiempo, para interpretar todo los nuevos conocimientos que mi cerebro absorbía. Pero me encantó, lo que desconocía era lo que deseaba, desde ese hito en mi historia la interacción con las TIC es el pan de cada día.

En el año 2016 tuve la experiencia de hacer un curso a distancia con participantes latinoamericanos. Comprendí que la tecnología puede llegar a traspasar las barreras de las fronteras y por medio de ella se pueden crear y mantener lazos. Al mismo tiempo, soy consciente que si no se direccionan los demás componentes de la estructura del ser humano: ocio, amistad, la tecnología suplirá ese espacio físico, pero solamente el espacio físico, no así el factor humano.

Mientras los encargados de producir tecnología se avasallan de creaciones, los docentes tenemos que, a la vez de emplearlas, educar para utilizarlas a favor de la vida. No por tanta actividad centrada en la utilización de la tecnología se debe apartar las actividades en relación con la naturaleza, con la familia. No por la agilidad, o lo óptimo que resulta aplicar instrumentos, utensilios o procesos, se deben dejar de lado otros procedimientos que son constructores del “yo”. Recuerdo en tercer y cuarto grado, era la época de los “cuadernos de deber” que debían ser copias casi perfectas de las clases de día, empleaba todo un protocolo para no manchar el cuaderno con la tinta que emanaba del tintero o del lapicero, El protocolo implicaba lavarse las manos, poner la toalla limpia sobre el mostrador del almacén (que atendía mi abuela Floriana Mendoza durante el día), acomodar las brazadas sobre la butaca y con toda la paciencia y suavidad del mundo  (muy poco en mi mundo) transcribir las tareas: considero que esa actividad, tal vez para hoy ya desfasada, ayudó a cultivar mi carácter, a tener paciencia, a cuidar los pequeños detalles, a darle la importancia a la pulcritud, al orden.

Mi cosmovisión va de lo natural a lo digital. Conocí a la tecnología en el segundo tiempo, o tal vez ella me conoció. Actualmente, la niñez está expuesta a desarrollar en primer lugar la conciencia tecnológica, y en menos ocasiones conocer y acceder la belleza natural. Como estamos hechos de materia, somos energía, energía natural.  La primera conciencia debiera ser lo natural y la calidez de un hogar, para luego conocer lo artificial. No viceversa. En mi experiencia nunca me ha faltado la calidez del hogar, ni la realidad de la naturaleza, como primeros maestros en mi educación.

Actualmente los artefactos tecnológicos son mi principal herramienta laboral y de gestión, de comunicación y proyección al futuro. Soy docente de Matemáticas y trabajo en la gestión académica. A los 34 años sostengo que si yo que no nací con el chip digital pude concretar proyectos personales-sociales-institucionales, entonces tengo la esperanza que los actuales nativos digitales tienen toda la capacidad para lograr mayores progresos para la humanidad a favor de la vida y de la naturaleza.


Blanca Estela Martinez
Encarnación-Paraguay-2019




 
















13/11/1985

Comentarios

Entradas populares