Dilemas éticos que se plantean en la sociedad red a partir de la utilización de las TIC e Internet | Jorge Garcia Maciel




La era digital o era de la información genera profundos cambios de la sociedad. Transforma nuestras costumbres, el lenguaje y los hábitos, como una verdadera revolución que nos envuelve a pesar de que muchos de nosotros nacimos cuando todo era analógico. A la dinámica que imponen los medios electrónicos para la difusión de información aparecen nuevos retos para la protección de datos personales (Centurion, M. 2018).

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El gran atractivo de Internet es de por si su naturaleza abierta, los intentos por restringir el libre flujo de información en esta red al igual que el tratar de restringir que puede o no decir de los smartphones digitales ha sido inútil y sencillamente inaceptable por la mayoría de las personas (Castells, 2001). La libertad como pilar fundamental de la ética tal como la conocemos en estos tiempos es lo que sustenta el Estado democrático moderno.

Esta más que comprobado que no hay razón alguna, ni siquiera la seguridad, que justifique ética y políticamente restricción alguna en los principios básicos de intimidad y libertad de expresión y son ejemplo de ello el “caso Snowden” (Zuriarrain, 2018), el joven que reveló el espionaje masivo de Estados Unidos en 2013 y más reciente aun el sonado escándalo de “Cambridge Analytica”  en la que Mark Zuckerberg tuvo que reconocer que Facebook cometió errores en medio del peor escándalo que ha enfrentado la red social (PK (afp, dpa, 2013).

El planteamiento ético nos muestra la diferencia entre lo que se debe o lo que se quiere hacer. Esta debe orientar la conducta de las personas con relación al principio de respeto. Si bien ponerse de acuerdo en los estándares que sustentan el desarrollo tecnológico de Internet ha sido un trabajo poco complicado, alcanzar consensos sobre las implicaciones éticas que acarrean las múltiples decisiones que regulan el intercambio comunicacional es una tarea que está lejos de quedar resuelta.

Al ser un ambiente donde conviven personas y grupos sociales, provenientes de múltiples culturas, con algunos valores compartidos y con otros que son diferentes, se requiere un esfuerzo mayor por reconocer al otro y construir espacios donde se rescate esa diversidad como un elemento que enriquece a todos (Germ, n.d.). Por eso los estados y las grandes empresas transaccionales se encuentran entre los mayores protagonistas de la ciencia y la tecnología. 

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Entre los problemas éticos propios de la sociedad red podemos enumerar la siguiente lista:

La privacidad: no se trata de la posibilidad de fallos en los sistemas digitales como el mail o los chats del WhatsApp sino más bien la intromisión intencional en estas plataformas. Implica los riesgos potenciales, tales como invasión de la privacidad y hasta un proceso sistemático intervencionismo estatal.

La Identidad: es posible esconder la verdadera identidad a la hora de intervenir en una conversación. Ejemplo de ello es la llamada identidad 2.0, también llamada identidad digital, es la revolución anticipada de la verificación de la identidad en línea utilizando tecnologías emergentes. Con este sistema uno puede a partir de un perfil falso convertirse en un haters[1].

La Inversa: la capacidad de manipulación se traslada de los mecanismos habituales a la sociedad (como la posición social económica) a las habilidades de aquellos que manejan más el medio o que pueden intervenir de manera subrepticia en las comunicaciones ajenas.

Dicho todo esto, la comunicación es de por sí, un derecho fundamental y como tal es un elemento esencial de la especie, ha permitido al ser humano evolucionar hasta las más modernas formas de relación social. La comunicación como derecho a recibir y emitir información y a expresarse libremente por cualquier medio es un derecho constitucional que nos hemos ganado. Lo cierto es que esto no implica que también no esté en nosotros la obligación de hacerlo con respeto y responsabilidad, queda desde mi criterio una delgada línea entre lo que debemos o queremos hacer.
La sociedad en red, uno de los temas más influyentes que existen es, sin embargo, un ámbito sobre el que se reflexiona poco desde la ética. De modo que, cuando se hace, nos encontramos con quienes la critican con contundencia por los valores consumistas que promueve, mientras que otros defienden a ultranza su papel económico.

Podemos afirmar a partir de un análisis rápido de que el dominio económico de la comunicación es la base y condición de las nuevas formas de desigualdad y control social. En este proceso de re estructuración de los sistemas de reproducción, tres esferas son directamente afectadas: la educación, la cultura y el mundo del trabajo. Pero también los sistemas de conocimiento.
Abordar dicha reflexión atendiendo a las novedades existentes en la era digital y tecnológica seguirá siendo uno de los desafíos éticos más importante de esta época.

BIBLIOGRAFIA

Centurion, M. (2018). Revista Panorama. Asunción
Castells, M. (2001). Internet y la Sociedad Red.
Germ, L. (n.d.). Ética Multicultural Y Sociedad En Red.
PK (afp, dpa, R. (2013). Facebook intercambia información de los usuarios con entidades bancarias en EE UU _ Tecnología _ EL PAÍS. Retrieved from https://www.dw.com/es/caso-snowden-the-guardian-debió-destruir-discos-duros/a-17031428
Zuriarrain, J. M. (2018). Caso Snowden_ “The Guardian” debió destruir discos duros _ Europa _ DW _ 20. Retrieved from https://elpais.com/tecnologia/2018/08/07/actualidad/1533649374_513508.html





[1] Personas que muestran sistemáticamente actitudes negativas u hostiles ante cualquier asunto. La palabra hater, como tal, es un sustantivo del inglés, y se puede traducir como ‘odiador’, o persona ‘que odia’ o ‘que aborrece’. También se puede verter al español como ‘envidioso’, ‘odioso’ o ‘aborrecedor’. 

Comentarios

  1. Muy interesante y real el artículo. Opino que la TIC ingresa, se instala y expande en el mundo mucho más rápido que nuestra propia capacidad de absorción. Antes de enterarnos del "cómo" ella se desarrolla a niveles exponenciales. De ahí que la falta de "educación en TIC", será siempre el escollo que influye e influirá en la ética social. Los expertos deberán trabajar intensamente para crear las condiciones de protección de modo a salvaguardar valores éticos, morales, costumbres y buenos hábitos. Lo mismo debemos hacerlo los profesionales que lideramos grupos (jóvenes, estudiantes, equipos)... Con el uso de la TIC todo se pone en riesgo y, también todo es mejor, abarcativo y globalizador.

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  2. Muchas gracias colega por sus comentarios. Creo que en este sentido (me refiero a la protección de datos) esta abierto aun el debate en nuestro país ya que Europa desde el año pasado con la GDPR (General Data Protection Regulation) tiene casi resulto por así decirlo este tema. La clave reside en tener un plan de cumplimiento normativo que no se limite a seguir un comportamiento en linea con la ética sino que vaya mas allá; y así como lo menciono, mejor, que abarque varios puntos y que sea global.

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